De visita en Tiahuanaco, Bolivia

Tiahuanaco, o Tiwanaku, es un sitio prehispánico ubicado en el departamento de La Paz, a unos 15 km del lago Titicaca, a 70 km de la ciudad de La Paz y a una altura de 3870 msnm.

Este sitio estuvo ocupado desde el 900 a.C. hasta el 1000 d.C., más o menos. La influencia de la cultura tiahuanacota abarcó una gran extensión en los actuales territorios de Perú, Bolivia, Argentina y Chile. Tuvo un gran desarrollo de la metalurgia, el urbanismo, la arquitectura y la astronomía, así como de la agricultura y la escultura. En suma, se trató de una ciudad excepcional y de una cultura sumamente especializada y con un alto desarrollo en ciencias y artes. Y sí, algunas de sus prácticas y avances fueron aprovechados siglos más tarde por los Incas.

Dada la importancia histórica y cultural de Tiahuanaco, decidimos que, ya que estábamos en tierras andinas, no dejaríamos pasar la oportunidad de visitar el sitio arqueológico. A unas calles del Cementerio General de La Paz sale el transporte hacia el sitio. Nos cobraron la módica cantidad de Bs10 por persona.

Aquí haré un paréntesis. En Bolivia todo mundo tiene un número de carnet. Éste es único, personal e intransferible. Lo solicitan para todo. Para hacer trámites en oficinas del gobierno, para realizar movimientos bancarios, para viajar de una ciudad a otra. A nosotros, como extranjeros, nos pedían el número de pasaporte.

El trayecto no es largo y, al salir de la ciudad, pasamos por una zona de árboles que me sorprendió, ya que antes habíamos ido a Oruro y hacia allá no crece más que yerbas y matorrales.

Por cierto, en el camino nos entretuvimos platicando con un fulano que descubrió nuestra procedencia por el acento. Él también es del exDF. Fue grato hallar a un paisano.

Poco antes de llegar a nuestro destino me llamó la atención un letrero que no pude fotografiar debido al movimiento de nuestro transporte. Éste avisaba que en el punto donde se hallaba se contaban 4000 metros hacia arriba del nivel del mar. Y la gente tan tranquila.

El transporte llega justo a la entrada al sitio arqueológico de Tiahuanaco y de ahí mismo parte hacia La Paz, así que no hay manera de extraviarse.

Mapa tomado de www.detiahuanaco.com
La zona turística y visitable de Tiahuanaco consta de cuatro espacios: los museos de lítica y de cerámica, y las zonas de Puma Punku y Kalasasaya. El boleto de entrada ampara al visitante para los cuatro espacios. Usted puede conocer toda la oferta turística de este importante sitio arqueológico por la módica cantidad de Bs10, si es boliviano; Bs3 si es estudiante y Bs80 si usted es extranjero (unos MX$210). Sí, es ocho veces más caro para los extranjeros y eso, de verdad, es una grosería horrible. (Sólo como dato de referencia, la entrada Teotihuacan es de $64, nacional y extranjero.)

Nuestras facturas.

Fotografía tomada de www.tiwy.com
En la taquilla solicitan el número de carnet para los nacionales. Y, evidentemente, quienes no lo tenemos debemos pagar esos 80 bolivianos. Sinceramente, no me dieron ganas de entrar con esa tarifa, pero ya estábamos ahí, ni modo de hacer el viaje en vano.

Los primeros espacios que visitamos fueron los museos. Permítanme decir que el de cerámica está horrible. Se trata de unas pocas salas con varios ejemplares de cerámica y pocas explicaciones de qué son, para qué servían, a qué periodo pertenecieron o dónde fueron hallados. La museografía es de lo peor.

En el Museo de Cerámica.
El museo de lítica es ligeramente mejor que el de cerámica. Su pieza central es el Monolito Pachamama, que ocupa toda una sala del museo. Alrededor de él se halla toda la historia de cómo se descubrió, de su traslado a La Paz, donde fue grafiteado, orinado y hasta baleado, y de su posterior restitución a su lugar de procedencia. Este museo posee una arquitectura más cuidada y de mejor diseño y las piezas sí presentan cédulas informativas.

Monolito Pachamama
En ninguno de los dos está permitido tomar fotografías. No es como en México que solicitan evitar el uso del flash, pero se permite hacer capturas fotográficas en todo momento. Allá la prohibición es total. Sin embargo, los carteles decían "Prohibido fotografías o filmar las excavaciones actuales del área arqueológica" y, en sentido estricto, dentro del museo no había de ese tipo de trabajos. Así que, escudado en esas sutilezas del lenguaje me dispuse a fotografiar lo que se me antojó. Claro que me llamaron la atención. Y claro que les dije eso de la especificidad de la prohibición. Me dijeron que tenía que solicitar un permiso en la dirección. Decidí no discutir y guardé mi celular (¡me llamaron la atención por tomar fotos con el celular!). Pero, como lo dije párrafos antes, no iba a hacer el viaje en vano. Así que I me ayudó vigilando a los vigilantes para poder tomar fotos mientras no me miraban. De este modo logré sacar las pocas fotos que acompañan este post.


Y miren nada más la joyita que pude capturar.


Permítome hacer una transcripción de la cédula informativa:

"MONOLITO
ANTROPOMORFO"
ESCULTURA LÍTICA
POSIBLE RÉPLICA
MATERIA PRIMA:
ANDESITA GRIS
TÉCNICA DECORATIVA:
TALLADA INCISA
SITIO DE PROCEDENCIA:
DESCONOCIDO.

Y el énfasis va en "POSIBLE RÉPLICA" y en "SITIO DE PROCEDENCIA: DESCONOCIDO". De verdad, cualquier museo arqueológico que se respete se debe abstener de exponer una réplica o, como en este caso, una posible réplica. ¿Es que los arqueólogos no son ni siquiera capaces de determinar la autenticidad de una pieza? Y para colmo, no se sabe de dónde salió el monolito. En serio, eso es falta de profesionalismo y un insulto para los visitantes, sean nacionales o extranjeros.

Salimos de este museo y decidimos visitar las zonas arqueológicas (Puma Punku y Kalasasaya). Cabe decir que faltan indicaciones en los caminos para llegar a dichos lugares. En fin, fuimos primero a Puma Punku. Es una pequeña zona llena de piedras de no-se-sabe-cuándo que labraron no-se-sabe-quiénes con la finalidad de servir para no-se-sabe-qué y que fueron halladas y trabajadas por no-se-sabe-qué-arqueólogo. Es decir, no hay información sobre lo que el visitante está observando. Solo hay una placa a la entrada y es esta:


Además de eso, no hay más nada. Aunque déjenme decirles que sí hay una manera de saber lo que se está viendo, y esa es contratar un guía de turistas. Que no sé dónde se pueda hacer eso, porque tampoco hay informes al respecto. Mal asunto. Lo único bueno es que en esta zona sí nos dejaron tomar fotos.





De ahí nos fuimos a la zona de Kalasasaya. Está algo retirado. Aquí hay unas cuantas placas informativas acerca de la pirámide de Akapana, o de Putuni.

Pirámide de Akapana
Yo quería ver la Puerta del Sol y tomarme unas fotos posando al lado suyo. Y el único letrero cercano decía "no pase".

Puerta del Sol.
El templete semisubterráneo y las demás estructuras también carecen de placas informativas. Uno debe llevar su libro, sus apuntes o ser adivino para saber qué está presenciando. Nuestro amigo paceño nos ayudó muchísimo para orientarnos acerca de lo que estábamos observando. Mi mayor agradecimiento para él y su esposa, que fueron muy hospitalarios con nosotros.



Una vez que posamos en las zonas más agradables para la lente, decidimos salir del sitio, tanto porque ya estaban a punto de cerrar como porque ya no íbamos a encontrar transporte hacia La Paz.

Antes de irnos pasamos al sanitario y de salida vimos un cuaderno, arrinconado, que llevaba por título "Sugerencias de los visitantes" o algo así, porque no le tomé foto. Y sí, I y yo no perdimos la oportunidad de dejar nuestras observaciones, enojos y mentadas de madre. Yo les dejé mi correo electrónico. Sería agradable recibir una respuesta. Ah, pudimos echar una pequeña ojeada al resto de comentarios y muchos, si no es que todos los extranjeros, se quejan de la tarifa para los fuereños.

Tiahuanaco es bonito. Pero lo administran mal. No hay trabajos arqueológicos en curso, la museografía es pésima y la información al visitante es nula o muy escueta. Para lo que el turista puede ver, el precio es excesivamente alto.

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